“Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él. Porque éste en vano viene, y a las tinieblas va, y con tinieblas su nombre es cubierto. Además, no ha visto el sol, ni lo ha conocido; más reposo tiene éste que aquél”. (Eclesiastés 6, 3-5)
“¿Por qué no morí yo en la matriz, o expiré al salir del vientre? (…)Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; dormiría, y entonces tendría descanso, (…)¿Por qué no fui escondido como abortivo, como los pequeñitos que nunca vieron la luz? Allí los impíos dejan de perturbar, Y allí descansan los de agotadas fuerzas.” (Job 3,11-17)