
Publicado en: Blogs del periódico El Tiempo - Abril 13 de 2007
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Recientemente, Colombia supo horrorizada que a unas 8000 niñas embera chamí les han arrancado el clítoris con una cuchilla o una puntilla ardiente para evitar su placer y que se muevan mientras copulan (1); al parecer, el vaivén haría que el mundo se cayera de las manos del dios Karagabí. Más de 135 millones de mujeres han sido mutiladas sexualmente por causas religiosas, sobre todo en países islámicos. Los Testigos de Jehová dejan morir a sus hijos al rehusar transfusiones porque "la Biblia dice" que la vida está en la sangre, no obstante numerosos seres que viven sin ella (2) y que la verdadera base de la vida sea el ADN celular. A pesar de la epidemia de sida aterradora, el Papa prohibe el uso del condón como profiláctico: bastaría "castrarse espiritualmente" para prevenir cualquier contagio -incluso por transfusiones, por violación o por infidelidad conyugal de seropositivos que estarían sanos de usar condón. Aún matrimonios católicos con un cónyuge enfermo le tienen vedado para proteger al otro; el coito debe "estar abierto a la vida" y es "pecado gravísimo" dar placer a la persona amada usando condón: su placer sexual será "concupiscencia" y sólo podrán "profesarse su amor" con una "sana" castidad (3). Es innegable: los creyentes pueden alcanzar niveles aberrantes de injusticia y crueldad convencidos de que hacen el bien.
¿La Revelación es base de la moral? Los hechos históricos objetivos muestran lo contrario: La ética ha evolucionado gradualmente y los libros "sagrados" sólo se apropian de los valores del "Espíritu de la Época" (4). Así, aunque un cristiano desinformado adjudique al ateísmo la "destrucción de la familia" por el divorcio, éste en realidad fue instaurado por Yahvé (Dt. 24,1ss) y refrendado por Jesús en caso de infidelidad (Mt. 19,9). El divorcio no es invento ateo sino religioso; si el dios inmutable de la Biblia lo hubiera rechazado, le habría bastado un "no te divorciarás" categórico, sin excepción. El paso del divorcio permisivo veterotestamentario, al divorcio restringido del Nuevo Testamento, no se debe a un cambio de opinión de una divinidad "inmutable", sino a los diferentes valores de los momentos históricos en que se redactó cada texto.
Igualmente, alguien podría explicar la poligamia por el "libertinaje sexual ateo" que rechaza la "Ley de Dios". La Biblia sería la vara recta para rechazar esa depravación aborrecida por Dios... ¿o tal vez no?... Para pesar del creyente, las Leyes de Dios son las que justifican la poligamia: a lo largo de los textos "históricos" se muestran patriarcas, reyes, y ciudadanos rasos israelitas con varias esposas. Deuteronomio (21,15-17) normatiza el trato a los hijos de un padre con dos esposas, sin el menor rechazo a su bigamia. Sólo cuando el "Espíritu de la Época" evolucionó lo suficiente, aparecen mandatos neotestamentarios que la rechazan. La Biblia adjudicó la poligamia a Dios sólo para después achacarle la opinión contraria. Esto, absurdo en un dios inmutable, es otro ejemplo de cómo se adjudica a la deidad lo aceptado en cada momento de redacción.
La muestra concluyente de que la religión se nutre de la ética humana y no al revés, es la esclavitud en la Biblia. Ésta es pródiga en "mandamientos" para subyugar personas, como Dt. 20,10ss:
"Cuando te acerques a una ciudad para atacarla, hazle primero una oferta de paz. Si acepta y abre las puertas, todos los habitantes de esa ciudad quedarán bajo tu dominio y serán tus esclavos. Pero si la ciudad rechaza la paz y entra en batalla contra ti, la sitiarás; y cuando el Señor tu Dios la entregue en tus manos, matarás a filo de espada a todos sus hombres."
Este mandato aberrante no es único: Éxodo 20 y 21 permite tener esclavos mas no codiciar los ajenos; molerlos a garrote siempre y cuando no mueran antes de tres días como resultado de la golpiza, y vender a las hijas propias como esclavas. Aunque al creyente se le llena la boca con el cambio moral del Antiguo Testamento al "Nuevo Pacto", en este caso no hay tal: la mayoría de las parábolas del Nazareno usan ejemplos de esclavitud (Mt. 25,30) y las cartas "Paulinas" prohiben la emancipación:
Efesios 6, 5ss:
"Esclavos, obedezcan a sus amos terrenales con respeto y temor, y con integridad de corazón, como a Cristo. No lo hagan sólo cuando los estén mirando, como los que quieren ganarse el favor humano, sino como esclavos de Cristo, haciendo de todo corazón la voluntad de Dios."
Colosenses 3,22:
Esclavos, obedezcan en todo a sus amos terrenales, no sólo cuando los estén mirando, como los que quieren ganarse el favor humano, sino con integridad de corazón y por respeto al Señor.
1 Timoteo 6,1ss:
Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina. Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser hermanos, sino sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se benefician de su buen servicio. Esto enseña y exhorta.
La desfachatez de este mandato apostólico deja sin habla: está hecho a medida de los esclavistas para abusar de los esclavos; lo justifica como "voluntad de Dios" (Ef. 6,6) y muestra la liberación como "irrespeto al Señor" (Col. 3,22). No bastaba servir a paganos: si el amo era cristiano, en vez de pedirle la emancipación, exige lo contrario: ¡había que servirle más! (1 Tim. 6,2) Aquí la Biblia ni siquiera bascula entre posturas opuestas según las tendencias de cada época, como en el divorcio o la poligamia. Ella es unánime respecto a la esclavitud. No sólo la permite: la ordena.
Es claro lo que ocurrió: no bastó el período de redacción de la Biblia para que la ética evolucionara lo suficiente. Las sociedades bárbaras que nutrieron a la Biblia aceptaban la esclavitud; incluso Jesús, un judío criado en una sociedad esclavista, veía normal la subyugación del hombre por el hombre. Afortunadamente, hoy tenemos un sentido ético muy superior al del Nazareno (5) y consideramos la esclavitud como crimen de lesa humanidad. Esta concientización no se debe al cristianismo: los opositores a la emancipación siempre tuvieron en la Biblia la "demostración" más contundente de que la esclavitud era deseo de Dios y oponerse a ella era pecado. Sólo después del medioevo cristiano, los valores renacentistas e iluministas permearon las iglesias, y comenzó a aparecer una condena religiosa gradual de la esclavitud.
Que la Biblia fomente la esclavitud de principio a fin prueba que no es un manual de vida inspirado por un Creador. Ningún dios justo inspiraría un "código de ética eterno" que promoviera la opresión. Ningún libro que la defienda tan enérgicamente puede tomarse como guía ética. La Biblia está llena de injusticias aberrantes: leyes para apedrear hijos (Dt. 21, 18), cercenarle las manos a la esposa (Dt. 25,11), vender las propias hijas como esclavas (Éx. 21,7), asesinar niñas inocentes que no sangran en su primer coito (Dt. 22,13ss), esclavizar personas (Col. 3,22), efectuar genocidios (Dt. 20,13), matar homosexuales (Lv. 20,13), educar a los hijos con violencia física (Prov. 23,13ss), discriminar a la mujer (1 Cor. 14,33), matar hermanos y amigos por discrepar (Dt. 13,6), etcétera. Estos mandatos demuestran que la Biblia no es una revelación ética sobrenatural del creador del hombre sino una "fotografía" de los valores imperantes en la época de redacción de cada libro. La moral no se nutre de la Biblia sino lo contrario: las leyes bíblicas se apropiaron de la ética alcanzada por la evolución cultural en cada momento histórico.
Incluso respecto a la democracia y la tolerancia, la Iglesia Católica "guiada por el Espíritu Santo" fue reaccionaria y retrógrada. Basta leer la encíclica papal "Mirari Vos" (6) del Papa Gregorio XVI en 1832, denigrando los valores de la Ilustración Francesa que por entonces inspiraba a próceres de la talla de Antonio Nariño y del Libertador Simón Bolívar. Ese panfleto totalitario no duda en condenar la libertad de conciencia y la libre expresión (parágrafo 14); iguala la libertad de prensa a diseminar veneno (par. 15); fomenta la quema de libros (pr. 16); condena la autodeterminación democrática de los pueblos por no someterse a los príncipes como manda Pablo en Romanos 13,1-2 e iguala la Democracia a una "traición" (par. 17); considera "insolencia detestable" e "irrefrenada lujuria de libertad" a la lucha contra la opresión por la Nobleza y la Realeza (par. 19), y condena la separación entre la Iglesia y el Estado como deseo de "amantes desvergonzados de la libertad" (par. 20).
Esta muestra categórica de intolerancia y tiranía religiosa mientras la humanidad luchaba por los derechos del hombre y del ciudadano, y por la la emancipación y autodeterminación de los pueblos, ilustra que la religión no fundamenta el comportamiento moral del hombre, sino que ella termina adoptando a regañadientes los avances éticos de la evolución social. Buenas o malas, las manifestaciones religiosas plagiadas a la sociedad, son un termómetro del nivel de evolución ética alcanzado por cada cultura.
Las religiones parasitan la naturaleza ética del hombre y falazmente se presentan a sí mismas como el origen del bien pero, a pesar del pregón de creyentes ignorantes de la historia de su fe, los hechos son concluyentes: la ética no se nutre de la moral bíblica sino al contrario: la Biblia plagia valores de la ética natural humana. Si hoy la religión se ve "tolerante" y "progresista" no es "gracias a la Revelación " sino a pesar de ella. Si hoy los cristianos se oponen a la esclavitud no es "gracias al Cristianismo" sino a pesar de él. El ateísmo y el librepensamiento no causan los males de la sociedad sino lo contrario: somos más tolerantes y justos gracias a los avances éticos racionalistas que aplacan el fanatismo, ignorancia e intolerancia de las religiones.
Como la moral teísta es sólo un robo de los valores éticos alcanzados por la evolución cultural humana, entonces la religión y sus escrituras son innecesarias como base ética. No sólo eso, sino que a veces son un lastre para el progreso social, como en el caso de la Biblia y la esclavitud. Basta la racionalidad para encontrar formas correctas de tratar a nuestros semejantes. Ante las atrocidades que causa la fe, una sociedad secular debe educar y confrontar la ignorancia religiosa. No se debe aceptar la mutilación de niñas amparándose en el "respeto a las culturas autóctonas";
primero está el derecho a la integridad física de ellas. No se puede permitir el homicidio culposo de niños en la sala de emergencias por padres supersticiosos que rechazan transfusiones amparándose en la libertad de culto; prima el derecho infantil a vivir. Cualquier religión que coarte las muestras de amor entre esposos por prohibirles protección ante un contagio de sida, es inhumana, inmoral e injusta; les viola su derecho al libre desarrollo de la personalidad.
¿Cómo confrontar y erradicar esta barbarie religiosa? ¿qué debe hacer una sociedad racional para establecer valores adecuados? ¿cómo enfrentar los dilemas éticos que genera la evolución de la humanidad para llegar a una ética secular mínima, objetiva y general? Un próximo artículo de Juan Darío Rodas examinará estas cuestiones y aportará algunas respuestas.
Notas:
[1]. Ver artículo "A unas 8.000 indígenas embera chamí les han cortado el clítoris" publicado el 23 de marzo de 2007 en El Tiempo. http://www.eltiempo.com/nacion/cafe/2007-03-23/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3488858.html
[2]. Bacterias, protozoos, plantas y animales que viven sin sangre refutan esa enseñanza. La Biblia emite muchos conceptos falsos. http://www.escepticoscolombia.org/detalleContenido.php?id=articulo_bibliaDice
[3]. Al reducir la tasa de contagio con condones, la probabilidad futura de recibir sangre contaminada por error, o de ser violada por un seropositivo, o de contagiarse por adulterio del esposo, también serían menores. Se puede consultar en la web la moral católica inhumana en el caso del matrimonio con un seropositivo. http://www.vidahumana.org/vidafam/sida/eticos_sida.html
[4]. "Zeitgeist" es la palabra alemana usada por Richard Dawkins en su obra "The God Delusion" para referirse al "Espíritu de la Época": el conjunto de conceptos éticos debidos a la evolución cultural de una sociedad en cierto momento histórico.
[5]. Inaudito que la sociedad occidental considere "maestro espiritual" a quien, 100 años después de la revolución de Espartaco, ¡no fue capaz de dedicar ni una sola palabra a condenar la esclavitud!
[6]. El texto de la encíclica "Mirari Vos" está disponible en línea, en inglés: http://www.papalencyclicals.net/Greg16/g16mirar.htm en español: http://ar.geocities.com/magisterio_iglesia/gre_16/mirari_vos.htm