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Blogs del periódico El Tiempo - Febrero 21 de 2008
Advertencia: Los hechos narrados en este relato son producto de la ficción pero están inspirados en sucesos reales que pueden consultarse en los enlaces del final (2).
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La comunidad del país centroamericano de Borregombia estaba impactada. El principal cuerpo élite del Ejército había sido llamado a declaratoria. Los cargos eran terribles. El pelotón completamente armado y listo para combate, mientras estaba en servicio en el caserío del Carmen de las Miserias, observó impávido durante tres días y tres noches, cómo los miembros de un escuadrón paramilitar torturaron, violaron mujeres, cortaron cabezas que luego utilizaron como pelotas para jugar fútbol, apalearon ancianos y ahorcaron a niños, en medio de música tropical a todo volumen. Algunos de los paramilitares más experimentados incluso usaron ancianos y mujeres embarazadas para enseñarle a los novatos el "oficio" de descuartizar vivas a las personas a punta de machete y motosierra. Los miembros del pelotón de élite del Ejército no se mosquearon y conversaban animosamente en la cafetería de la plaza del pueblo mientras jugaban billar y degustaban un tinto, aunque las víctimas les gritaban que los auxiliaran, que no los dejaran descuartizar vivos, o que no dejaran violar repetidamente a sus niñas por parte de esos monstruos sanguinarios.