Uno de los productos culturales más notorios del Judaísmo fue el movimiento apocalíptico-escatológico: una corriente de su religiosidad, tal vez la segunda más elaborada después de la gnosis, para explicar el mal en el mundo. El pueblo Judío, sometido a invasiones reiteradas -Asiria, Persia, Babilonia, Grecia, Roma- mientras estaban bajo la protección de su dios particular, tuvo que explicar con su cosmovisión religiosa el problema del sufrimiento.