Autor: Hernán Toro
La máxima que da el título a este escrito, debida a David Hume, es una de las bases del escepticismo y a su vez, uno de los conceptos menos comprendidos por sus críticos. En la realidad hay tres tipos de afirmaciones, con respecto a su nivel de credibilidad: Las triviales, las improbables y las prácticamente imposibles.
- "El domingo fui a misa"
- "Lancé un dado normal y salió el número 5"
- "En mi cocina hay un frasco con 4 kilos de sal"
- "Conocí una persona que mide 1.85 metros"
Ahora suponga que su amigo le dice lo siguiente:
- "El domingo fuí a una reunión privada con el presidente de Estados Unidos"
- "Lancé 10 veces seguidas un dado normal y en cada ocasión salió el número 5"
- "En mi cocina tengo una caja con 100 kilos de oro de 24 kilates"
- "Conocí una persona que mide 2.40 metros "
El presidente de Estados Unidos es tal vez la persona más importante del planeta. Sólo se reune con funcionarios internacionales de primer nivel bajo extremas medidas de seguridad. Decir que se tuvo una reunión con él es una afirmación extremadamente improbable, si viene de uno de nuestros amigos, una persona normal.
Es posible sacar "5" dos o tres veces seguidas con un dado. De otro lado, sacar 10 veces ese resultado es extremadamente improbable. Las probabilidades de esto serían de una entre 60'466.176; es decir aproximadamente 1 en 60 millones, que es comparable a ganarse la lotería. Una afirmación de este tipo es altamente dudosa.
Considere ahora los 100 kg de oro. El oro es un metal extremadamente caro. Cien kilos de ese metal es una fortuna enorme para tenerla en una cocina. Si su amigo es una persona común y corriente, entonces esta afirmación también es altamente improbable.
Así mismo, sólo un puñado de jugadores de Baloncesto de la NBA sobrepasan una estatura de 2.10 metros . Decir que se conoció a alguien que sobrepasa los 2.40 metros resulta muy improbable.
Ante cada una de las afirmaciones previas tendríamos todo el derecho de exigirle pruebas a su amigo para poder aceptar sus afirmaciones. Pruebas adecuadas serían que nos mostrara el oro (verificando que sí lo sea); que nos comunicara directamente con los involucrados (Presidente y gigante) para contrastar su testimonio, o pidiendo un vídeo realizado en condiciones controladas en donde se vean los 10 lanzamientos de dado sin posibilidad de trucaje. Estas afirmaciones tan improbables requieren una evidencia muy fuerte.
Por último, considere las siguientes afirmaciones de su amigo.
- "El domingo pasado estuve en la Luna"
- "Lancé 100 veces seguidas un dado normal y todas las veces salió el número 5"
- "En mi cocina hay 6 kilogramos de Einstenio"
- "Conocí una persona que mide 7 metros de altura"
Desde comienzos de los años 70 el hombre no va a la Luna por el coste prohibitivo de esos viajes, en términos del producto interno bruto de los países más desarrollados. Una buena evidencia para creer en el viaje de su amigo a la Luna sería la noticia en periódicos y telenoticieros de todo el mundo sobre el lanzamiento de una nueva misión lunar, en la cual participó el colombiano Juan Carlos Restrepo Jaramillo, su amigo.
Estadísticamente es prácticamente imposible que un dado no trucado saque siempre el mismo número. Una buena evidencia sería que un comité de prestidigitadores y científicos, filmando desde diversos ángulos y revisando los dados, con el fin de descartar el fraude emitieran su juicio y la filmación que atestiguara el poder de su amigo de influír a voluntad sobre la caída de los dados.
El Einstenio se fabrica sólo en avanzados aceleradores de partículas de laboratorios internacionales y se logra sintetizar nanogramos (milmillonésimas de gramo) de tales elementos. Su vida media suele ser tan corta que se descomponen rápidamente. Seis kilos de Einstenio en un frasco es un imposible físico. Una buena evidencia de que esto es cierto, sería que llegara una nave extraterrestre (en vivo y en directo) con seres que tuvieran un avance tecnológico de unos 100.000 años con respecto a nuestra tecnología, y que nos mostraran el dispositivo de generación y de almacenamiento de Einstenio en funcionamiento (es prácticamente igual de imposible).
Por último, nadie ha sobrepasado una altura de 3 metros. Física y biológicamente hay impedimentos insalvables para que un ser humano alcance tal altura. La única evidencia aceptable sería mostrar al gigante en persona.
Afirmaciones TAN EXTRAORDINARIAS requieren UNA EVIDENCIA EXTRAORDINARIA por parte de quien las propone.
Cada una de las últimas afirmaciones es tan "astronómicamente" improbable que sin sus evidencias extraordinarias respectivas podemos descartarla con total seguridad.
Resumiendo, el escepticismo no es una incredulidad ciega . Es una duda metódica que tiene en cuenta lo que se conoce acerca del universo para exigir pruebas en una medida proporcional a la improbabilidad de la afirmación que nos plantean.
En otro artículo se tratará el por qué una mala interpretación de este principio lleva a algunos fanáticos de lo paranormal a calificar a los escépticos de "incrédulos y dogmáticos".