Uno de los productos culturales más notorios del Judaísmo fue el movimiento apocalíptico-escatológico: una corriente de su religiosidad, tal vez la segunda más elaborada después de la gnosis, para explicar el mal en el mundo. El pueblo Judío, sometido a invasiones reiteradas -Asiria, Persia, Babilonia, Grecia, Roma- mientras estaban bajo la protección de su dios particular, tuvo que explicar con su cosmovisión religiosa el problema del sufrimiento.
Si algo hay claro según la investigación moderna, es que Jesús esperaba una manifestación inminente del Reino de Dios, con señales de poder y gloria, que acabarían con la ocupación romana de las tierras de Israel y que, bajo el reinado del Mesías, iniciaría una época de paz universal. Su pequeño apocalipsis sinóptico de Mt 24, Mc 13 y Lc 21, en respuesta a la pregunta de sus discípulos, rematado con “De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca” (Mt 24,34), imprimió una urgencia imposible de ignorar en el movimiento judeocristiano primitivo.
El apóstol Pablo hizo eco de ésta enseñanza en sus cartas, hasta el punto de profetizar que él y algunos contemporáneos de la comunidad de Tesalónica serían arrebatados en vida por los aires en la llegada inminente del Señor (1Tes 4,17). El fallo profético de Jesús y Pablo terminó siendo reinterpretado, y se adjudicó a nuestra falta de entendimiento. Así, el fin de este mundo, con señales cósmicas como cataclismos, caída de estrellas, extinción del Sol, terremotos, hambrunas y guerras, ha sido esperado INMINENTEMENTE durante los dos milenios que nos separan del Galileo.
Por esta “urgencia” apocalíptica se han dado centenares de predicciones del fin, decenas de las cuales pueden consultarse en “List of dates predicted for apocalyptic events” de Wikipedia en Inglés (2). Incluso Isaac Newton dedicó parte de sus escritos teológicos (su mayor producción intelectual, por encima de la Física y la Matemática) para establecer la fecha del del fin en el año 2000. Las manifestaciones recientes más sonadas de esta paranoia se dieron el 21 de octubre de 2011 con la predicción de Harold Camping, y la histeria de la supuesta “profecía Maya” de 21 de diciembre de 2012.
Los fracasos de todas las profecías del fin de base mística deberían forjar el escepticismo ante un fin sobrenatural del mundo pero eso no evitará que sigan apareciendo avivatos que se vuelvan millonarios con las donaciones para advertir a los fieles. Afortunadamente, para los que basamos las decisiones en el pensamiento científico, estas predicciones místicas serán siempre irrelevantes.
Científicamente, ¿qué se requiere para acabar CATACLÍSMICAMENTE un planeta de 40000 kilómetros de circunferencia formado principalmente por hierro, níquel, magnesio, y silicatos? Una explosión de supernova en la estrella central es un caso seguro. El problema es que esta explosión viene precedida de una fase de Gigante roja que se da gradualmente, no de forma cataclísmica. Un impacto con un asteroide suficientemente grande tampoco podría acabar con el planeta, ya que el mayor impacto conocido hace unos 4.53 millares de millones de años, con un cuerpo del tamaño del planeta Marte, tampoco pudo acabar con nuestro planeta.
Aunque hay pocas cosas concebibles que puedan acabar con el Mundo, como cuerpo planetario, sí hay muchas que podrían acabar con nuestra civilización global: una supernova en una estrella cercana podría irradiar nuestro planeta hasta hacerlo por completo estéril; no tendríamos forma de predecir el momento. Por el contrario, sí podríamos pronosticar un impacto de asteroide como el del fin del Cretácico, que acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años. Si éste no acabara con nuestra especie, podría hacerla retroceder hasta una cultura preindustrial, con los millones de víctimas que eso acarrearía.
En todo caso, sólo hay una rama del saber humano que puede advertirnos con certeza y con anticipación, de cataclismos de escala planetaria capaces de afectar gravemente nuestra civilización o nuestro ecosistema: las ciencias planetarias. Si el amable lector desea mi sugerencia de un “profeta” confiable para prepararse ante el fin del mundo, le recomiendo que acuda siempre a la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (www.nasa.gov), o a la Agencia Espacial Europea (www.esa.int).
2. http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_dates_predicted_for_apocalyptic_events