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Blogs del periódico El Tiempo - Julio 24 de 2008
Pocos adjetivos hay tan claramente opuestos como "altruista" y "egoísta". Según el Diccionario de la Real Academia, el primero es la "diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio", mientras que el segundo es un "inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás".
En otras palabras, el altruista sacrifica su propio bien por los demás, mientras que el egoísta sacrifica el bien ajeno para favorecerse él mismo. En la mayoría de las especies animales gregarias, los individuos altruistas son bien vistos por los demás mientras que los egoístas se consideran despreciables.
Por supuesto, hay que diferenciar el altruismo verdadero del falso. En ocasiones, algo que puede percibirse como un acto altruista no es más que un eficiente cálculo a tres bandas que brinda a quien lo realiza beneficios mayores a largo plazo que los perjuicios menores inmediatos. En este caso, no cabe hablar de altruismo: es puro egoísmo diferido.
¿Cuán altruistas son las motivaciones de los creyentes religiosos? Muchas veces se mencionan las vidas de santos, los padecimientos de los mártires, e incluso, el sacrificio "expiatorio" de Jesús, como muestra de actos altruistas en los cuales el individuo terminó perjudicado por el bien de los demás. ¿Pero, es realmente altruista el comportamiento cristiano?
Unas pocas consideraciones podrán dar una perspectiva adecuada.
Piense el lector en Pablo de Tarso. El llamado "Profeta de los Gentiles" gastó buena parte de su vida dedicado a promover la fe en Jesucristo. Soportó viajes extenuantes, persecuciones, encarcelamientos, hostigamientos, torturas, y según algunas leyendas, "muerte de mártir", para llevar la salvación a "todas las criaturas".
¿Cuán altruistas eran sus motivaciones? Él mismo nos da su respuesta en 1 Corintios 15:32:
"Si como hombre batallé en Éfeso contra fieras, ¿de qué me sirve? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos". |
Pero es que incluso algunas consideraciones teológicas extremas muestran cuán absurdo es el concepto del altruismo cuando se enmarca en las religiones cristianas.
Para el cristianismo no hay mayor bien que la Vida Eterna que tanto anhelaba Pablo. El mismo Jesús dijo: "Si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti: mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser arrojado en el fuego eterno". Es claro: no puede haber mayor bien que la salvación eterna, y no hay peor mal, que la condenación.
Considere entonces el destino humano ante la "buena nueva de Jesucristo". Cuando una persona pasa su vida sin haber recibido la más remota noticia de Jesús de Nazaret, de acuerdo con la teología de varias corrientes cristianas, la deidad es particularmente misericordiosa con ese individuo a la "hora del Juicio".
Es de esperarse: al no haber recibido nunca información de lo que era el pecado, al no haber "recibido el Espíritu" con un bautismo, al no saber qué rechaza y qué aprueba Yahvé, no puede ser juzgado con el mismo rigor que, por ejemplo, un Papa que proteja a curas pederastas de las autoridades civiles, un Obispo que bendiga los ejércitos de un país dedicado al exterminio de una etnia como los Judíos, o incluso, un adolescente que sabiendo que es "pecado mortal" no puede evitar caer en la tentación de masturbarse.
De otro lado, cuando la persona ha escuchado la buena nueva, desde la óptica Divina, ya tiene la autonomía de recibir el mensaje de Jesucristo. Ya sabe qué es bueno y qué es malo... y si rechaza al salvador, las consecuencias a la hora de su muerte son bien claras según la mitología cristiana: una condenación eterna; un estado infinito de sufrimiento y desesperanza total.
Cabe entonces preguntarse cuán altruista es el acto cristiano de la evangelización: Si ningún cristiano evangelizara, todas esas personas que pasan su vida sin conocer a Jesús serían juzgadas muy benévolamente por el Dios Padre. Por el contrario, si se evangeliza, cada persona contactada por el predicador tiene una buena probabilidad de rechazar a Jesús y con ello, de ganarse una tortura eterna e infinita. En realidad, si tenemos en cuenta eso de que "muchos son los llamados y pocos los escogidos", esa probabilidad sería muy alta... ¿Tal vez un 90%?
¿Qué bien le hace un predicador cristiano a su víctima, si su Dios fuera real, y su teología verdadera? Prácticamente ninguno: cada persona a la que buscara estaría siendo condenada a una ronda de ruleta rusa espiritual: acierta en la elección estrecha, y se salva; toma el camino ancho y se condena eternamente. Por el contrario, si no se le predicara, obtendría un juicio mucho más benévolo de la Divinidad. Si asumimos los porcentajes mencionados antes, prácticamente de cada diez personas a las que evangelizara un predicador, nueve quedarían condenadas eternamente, y una se salvaría.
Ahora, ante semejante panorama, si los cristianos son tan altruistas... ¿Por qué predican? Simple: porque sus preceptos les indican "propagar la buena nueva"; deben hacerlo porque así se salvan. Deben poner en esa ruleta rusa espiritual incluso a sus propios hijos, a los que someten a una posible condenación eterna, porque ellos deben seguir las enseñanzas de Jesús para poder salvarse.
Los cristianos ponen en riesgo de condenación eterna a decenas, cientos, e incluso miles de personas, para ellos poder salvarse: es la antítesis del altruismo; es un egoísmo demoníaco.
No falta la disculpa absurda del creyente, que postula que llevan el mensaje de Cristo a toda la humanidad porque esa es la salvación... Pues bien, si así fuera, si Yahvé condenara a todos los que no fueran bautizados, por la causa que fuera, entonces los cristianos estarían adorando y obedeciendo (por su propio bienestar) al monstruo torturador más aterrador que se pueda imaginar; un ser que manda a una tortura eterna a miles de personas por el simple inconveniente de haber nacido en un tiempo o una región geográfica no cristiana.
Hay un aspecto particularmente ridículo del "altruismo" cristiano cuando se consideran sus mitos absurdos respecto al origen de la vida humana y del "alma", a la luz de la obstetricia moderna (1). ACLARO DE ANTEMANO QUE NO DEFIENDO NI INSTO A QUE SE REALICE NINGUNO DE LOS COMPORTAMIENTOS QUE SEÑALO A CONTINUACIÓN.
Se estima que hasta un 50% del total de los óvulos fecundados mueren y se pierden (son abortados) en forma espontánea, usualmente antes de que la mujer se percate de que está embarazada. Entre los embarazos conocidos, la tasa de aborto espontáneo es alrededor del 10% y generalmente se presenta entre las 7 y las 12 semanas de embarazo (2).
Semejante cantidad de "almitas" muertas antes del bautismo plantea una dicotomía: O se van al infierno por no haber sido bautizadas, o se salvan a pesar de no haber recibido el bautismo.
La aplastante mayoría de las teologías cristianas rechazan la primera opción porque un Dios que condenara a un tormento eterno a miles de "almitas bebé" sólo por haber sido abortadas espontáneamente, sería peor y más aborrecible que un cura violador de menores.
Así, la conclusión "lógica" es que el mítico dios cristiano manda estas "almitas" a la gloria eterna... claro, ¡pobrecitos!... ellos no tuvieron la culpa de haber sido abortados.
¿Qué ocurre si un cigoto lleva su desarrollo a término? Pues nada más y nada menos que se enfrenta a la ruleta rusa espiritual mencionada antes: tiene que aceptar esa maravillosa "buena nueva" de Jesucristo (sígueme o jódete) pues de lo contrario termina asado en azufre por toda la eternidad.
Desde un punto de vista estrictamente lógico, humano y altruista, ¿cuál sería la opción más misericordiosa a seguir para llevar al mayor número de personitas al bien máximo?... Si se aceptan las farsas cristianas, la solución es obvia: abortar a diestra y siniestra, incluso en contra de la voluntad de las madres: todas y cada una de esas almitas abortadas irían instantáneamente a un estado de dicha infinita y eterna a la Diestra de Dios. Por el contrario, si se les deja nacer, están ante la opción del camino ancho que lleva a la condenación eterna.
Si los mitos cristianos sobre "almas" fueran ciertos, la opción más noble y altruista que se podría tomar sería una demente cruzada abortista serial, incluso aunque con ello se corriera el riesgo de ir a la cárcel, o peor aún, de terminar en el infierno. Sería un precio bajo a pagar por la salvación eterna ASEGURADA de cientos o miles de niños inocentes.
Ahora, ¿por qué los cristianos no se la pasan abortando? La respuesta es obvia: porque para que el cristiano se salve, no puede matar; mucho menos, matar "niños inocentes". Si lo hiciera, él mismo perdería la salvación, así que prefiere que esos niños terminen condenándose a la larga, en vez de él arriesgar su salvación propia. ¡Cuán altruista! ¿No?
Si un cristiano creyera realmente los disparates teológicos (pseudociencia) que promulga, y si fuera realmente altruista, no tendría ningún problema en renunciar a su vida eterna personal para darle la salvación eterna irrevocable a cientos de miles de bebitos indefensos en el vientre materno... pero en realidad le importa un cuerno que esos "niñitos en potencia" terminen condenándose, siempre y cuando él mismo se salve.
Así, vale preguntar: ¿Por qué tanta oposición al aborto legal? ¿Porque se está enviando al cielo a millones de niños indefensos, en vez de dejarlos vivir para que tengan la posibilidad de condenarse eternamente?
¡Cuán distinto se ve el altruismo cristiano cuando se miran los motivos de fondo y cuando se ven los absurdos lógicos que se deducen de semejantes alucinaciones "espirituales"!
Notas:
[1]. La idea de los abortos por altruismo está inspirada en el artículo: "The Baby Killing Church Of Jesus Christ" por Adrian Barnett:
http://www.abarnett.demon.co.uk/atheism/bkcojc.html
Por supuesto, esta idea es generalizable al homicidio de personas recién bautizadas, de creyentes recién confesados, de individuos que acaban de "recibir a Jesucristo como Dios y Salvador personal", y toda laya de personas "en Gracia".
[2]. Información tomada de MedlinePlus, de los Institutos Nacionales de Salud del Gobierno de Estados Unidos, sobre el aborto espontáneo :
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001488.htm