La homeopatía es la terapia de medicina alternativa que más aceptación tiene en nuestro medio, a pesar de carecer de estudios científicos serios que apoyen sus afirmaciones. Sus seguidores van desde el ciudadano más humilde hasta congesistas y presidentes de La República1. En este artículo se examina cuan benéfica o perjudicial puede ser para la salud, a la vez que se confronta una de sus afirmaciones primordiales: entre menos sustancia activa, mayor su efectividad.
Usted es niño y en su casa su madre le ha preparado una deliciosa y nutritiva sopa de letras. En la gran mayoría de las ocasiones el hambre ha podido más que su curiosidad por saber cuántas letras hay en la porción, pero para el caso de este ejemplo asuma que hay unas 200 letras. Justo antes de servirle el plato, llega un pariente y su madre decide que puede darle también de comer con la misma sopa, simplemente agregando más agua y revolviendo el contenido.
Ahora imagine que a su casa siguen llegando parientes, amigos y vecinos en tal número, que su mamá sigue agregándole agua a la sopa y revolviendo constantemente tratando que a todos les corresponda una porción equitativa del preparado inicial. Evidentemente cuando haya un total de 200 comensales, tendremos un plato lleno de agua con una letra miserable y solitaria flotando en su interior.
Ahora imagine que llegasen aún más personas; más agua para la sopa. Al servir las porciones, indudablemente habrían personas a las que les tocó solo agua.
Con esto presente, responda sinceramente las preguntas siguientes:
- ¿En cuál situación usted se consideraría alimentado adecuadamente, al principio o al final?
- ¿Usted le creería a la persona que le agradece a su madre por el nutritivo plato de agua sin letras?
Se prepara una solución con determinada cantidad de “elementos activos”, necesarios para la cura de una enfermedad. De manera metódica y repetitiva, se extraen porciones de dicha solución, se mezclan con agua y se agitan vigorosamente para “potenciar” el efecto curativo de la sustancia. Al igual que en el ejemplo de la sopa, llegará un momento donde solo quede una molécula del elemento activo en cada una de esas porciones.
Si se continúa agregando agua más allá de este punto, evidentemente se perderá la sustancia que supuestamente curará la enfermedad.
Responda ahora los siguientes cuestionamiento con total sinceridad:
- ¿En cuál situación usted se consideraría medicado adecuadamente, al principio o al final?
- ¿Usted le creería a la persona que le agradece a su médico por la eficaz cura de la porción de agua?
La química básica define claramente que la unidad mínima e indivisible para un elemento es el átomo, mientras que para un compuesto es la molécula. No se puede pretender dividir un átomo de hierro y seguir llamando a sus partes hierro. De igual forma, no se puede pretender dividir una molécula de azúcar y seguir llamando a sus partes azúcar.
Con el proceso de potenciación que utiliza la homeopatía, si se reparte en 100 botellas pequeñas la solución donde se encuentra la única molécula, no se puede afirmar que todos las botellitas tienen el elemento activo . Solo una de ellas lo tiene y el 99 restante son simplemente agua. Si a este nivel, dicho elemento activo funcionara, entonces solo el 1% de los pacientes tendría la probabilidad de curarse y los otros 99% serían víctimas de un fraude.
El problema es más grave porque la homeopatía sigue diluyendo y extrayendo porciones más allá del punto donde queda una sola molécula, mientras afirman que con cada dilución el medicamento es más poderoso. Puede ocurrir con alta probabilidad, que al momento de extraer una porción de la solución que tiene la única molécula, dicha porción no tenga la molécula. En este patético caso, se estaría “potenciando” agua con el lamentable resultado que se está engañando al 100% de los pacientes.
Y esta es solo una de las afirmaciones extraordinarias que ofrece la homeopatía. En articulos posteriores y más profundos, se abordará los otros extraños conceptos como la capacidad que tiene el agua de almacenar como espectro cuántico bioenergético curativo la huella vibracional cuántica del elemento activo. Si no entendió la última frase, no se preocupe: es solo palabrería pseudocientífica sin fundamentos.
En este punto, usted seguramente se estará cuestionando sobre los testimonios de cientos de personas, incluso algunos conocidos muy cercanos, que dan fe de los efectos curativos de los tratamientos homeopáticos. Esto puede explicarse si se tiene en cuenta que en muchos casos, existe un gran componente psicosomático (mental, de sugestión) en el síntoma o en la enfermedad. Los tratamientos son más efectivos cuando la mente presenta una actitud positiva hacia la efectividad.
Sentir que se está mejorando por haber tomado una medicina que cura, aun cuando en realidad se ha ingerido algo inocuo, se denomina efecto placebo. Dicho efecto se utiliza en laboratorios clínicos de gran trayectoria científica para evaluar la efectividad de los medicamentos. Si el número de pacientes curados o mejorados por una medicina no supera el valor obtenido por los curados o mejorados con un placebo de control, se puede afirmar categóricamente que el compuesto químico no tiene efecto real sobre el paciente. Lo único que causa la mejoría es la sugestión: no es una curación real.
Según este planteamiento, resultaría más efectivo tener mente positiva mientras se toma una taza de café que mientras se toma un vaso de agua. Por lo menos el café le mantiene despierto.
La situación delicada y preocupante ocurre cuando las personas ante las opciones de tratamiento para una enfermedad, optan por la homeopatía. Hay personas hipocondríacas que creen estar siempre enfermas cuando en realidad no lo están y recurren constantemente a estas “botellitas de agua”. Hay personas cuyos padecimientos tienen un fuerte componente psicosomático y son curadas por la predisposición a estar bien y no por el efecto inexistente del tratamiento homeopático. Y definitivamente hay personas que tienen enfermedades graves y el resultado de dicho tratamiento es nulo.
Piense por un momento en este último grupo de personas. Se les diagnostica una enfermedad grave y por cuestiones de educación o de índole económico recurren a tratamientos homeopáticos, con la lamentable pero esperable consecuencia de encontrar ninguna mejoría. Para el momento en que el paciente decida iniciar el tratamiento con medicinas “convencionales”, puede ser demasiado tarde.
En nuestras regiones es común encontrar un amplio despliegue en los medios de comunicación sobre los innumerables tratamientos homeopáticos disponibles, muchos son económicamente favorables. Incluso se encuentran testimonios de personas que sin temor a equivocarse, afirman categóricamente que han sido curados por estos remedios. Lo que usted no va a encontrar en dichos medios es el la crifra de muertos a causa de este engaño y que de utilizar los recursos que la medicina de verdad pone a su disposición, hubieran podido sobrevivir.
Finalmente, quiero compartir con el lector una experiencia personal y triste con el tema. En los primeros años de mi infancia, a mi madre le fue diagnosticada artritis reumatoidea. Es una enfermedad degenerativa que afecta las articulaciones, produce demasiado dolor y puede llevar a la invalidez. Actualmente no hay una cura 100% efectiva contra este padecimiento, pero si se detecta a tiempo, los actuales recursos que ofrece la medicina moderna permiten que la persona lleve una vida autónoma y sin mayores percances.
Durante varios años y de manera impotente vi como mi madre recurría a estos tipos de tratamientos sin obtener la tan esperada curación mientras la enfermedad hacía estragos en su cuerpo. Cuando decidió hacerle caso a la familia, la artritis estaba en un nivel tan avanzado que se habían deteriorado considerablemente sus articulaciones de la cadera. Al día de hoy se ha sometido a cuatro cirugías de reemplazo de articulación de cadera por prótesis metálicas, una de las intervenciones más dolorosas y de lenta recuperación a las que se puede someter un ser humano. Nuestros esfuerzos han sido en vano, y ella está en silla de ruedas.
Por favor crea en mis palabras, con la mano en el corazón y con lágrimas en los ojos le digo: la homeopatía no funciona.
Es hora de actuar con honestidad y con un fuerte sentido ético. No se puede apoyar un tratamiento que mata personas por el simple hecho de que en su caso o en el de algún conocido, esa botellita de agua le salió muy barata. Piense en las personas a las que la situación les costó un daño irreparable, o incluso la vida.
Es tiempo de que las víctimas de estos mercaderes de aguas mágicas denuncien enérgicamente a quienes viven de la esperanza de una mejoría anhelada. Instamos a los lectores que han consultado homeópatas y que no han recibido la mejoría esperada que lo proclamen a sus conocidos. Esto puede salvarle la vida a muchas personas.
Notas:
1. El Colombiano. Presencia de psíquico no le quita respaldo a Iguarán. Edición en Internet, consultada Octubre 6 de 2006.
http://www.elcolombiano.com.co/BancoConocimiento/P/
presencia_de_siquico_no_quita_respaldo_a_iguaran/
presencia_de_siquico_no_quita_respaldo_a_iguaran.asp?CodSeccion=46