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La Bondad de Yahvé: un autoengaño cristiano

18/9/2006

2 Comments

 
Autor:
Hernán Toro - Escépticos Colombia

Todos los grupos cristianos aceptan la Biblia como texto inspirado por su dios Yahvé (también conocido como Jehová). Para los cristianos protestantes de corte norteamericano, no sólo está inspirada por su divinidad sino que es inerrante en todos los campos, hasta el punto de considerarla "el manual de vida" que Yahvé habría dejado para la humanidad por siempre.
Basándose supuestamente en ella, y escogiendo con cuidado cuáles textos leer en sus púlpitos y cuáles ocultar, los cristianos afirman que su dios es infinitamente bueno, justo y misericordioso. Llegan a decir que "Dios es Amor". Todos ellos sostienen  esta visión neotestamentaria: Dios es un Padre amoroso:
 
"Oísteis que fué dicho: Amarás á tu prójimo, y aborrecerás á tu enemigo. Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos. Porque si amareis á los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿no hacen también lo mismo los publicanos? Y si abrazareis á vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿no hacen también así los Gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está  en los cielos es perfecto." (Mateo 5, 43-48) [2] 

Los creyentes basan su fe en Yahvé como un dios bueno  y justo en textos neotestamentarios como este. Pastores, curas y predicadores de  toda laya los repiten a diario en sus iglesias, para convencer a sus fieles de  que su dios es paradigma de amor y justicia; la base perfecta de cualquier  sistema ético, moral o legal. Pero... ¿esto es cierto? ¿el dios de la Biblia es  en verdad justo, bueno, "lento a la ira y rico en clemencia"? 

Quien no se conforma con escuchar al pastor en su iglesia -quien lee la Biblia personalmente- encuentra numerosos textos que muestran lo contrario. Aunque se podrían citar cientos de pasajes parecidos, sólo se muestra uno que representa bien a Yahvé; el relato se explica solo pero aún así, se harán breves comentarios sobre algunas partes que se resaltan. 
 
Deuteronomio 28,15-51:

"Pero si no obedeces la  voz de Yavé, tu Dios, y no pones en práctica todos sus mandamientos y normas que  hoy te prescribo, vendrán sobre ti todas estas maldiciones: Maldito serás en la ciudad y en el campo. Maldita será tu canasta de frutos y tu reserva  de pan. Maldito el fruto de tus entrañas y el  fruto de tus tierras, los partos de tus vacas y las crías de tus ovejas. Maldito  serás cuando salgas y maldito también cuando vuelvas.

Yavé mandará la  desgracia, la derrota y el susto sobre todo lo que tus manos toquen, hasta que  seas exterminado, y perecerás en poco tiempo por las malas acciones que  cometiste, traicionando a Yavé. El hará que se te pegue la peste hasta que  desaparezcas de este país que, hoy, pasa a ser tuyo. Yavé te castigará con  tuberculosis, fiebre, inflamación, quemaduras, tizón y roya del trigo, que te  perseguirán hasta que mueras.

El cielo que te  cubre se volverá de bronce, y la tierra que pisas, de hierro. En vez de lluvia,  Yavé te mandará cenizas y polvo, que caerán del cielo hasta que te hayan  barrido.

Yavé hará que seas derrotado por tus enemigos. Por un  camino irás a pelear en su contra y por siete caminos huirás de ellos. Al verte  se horrorizarán todos los pueblos de la tierra.

Tu cadáver servirá de comida a todas las aves del cielo y a  todas las bestias de la tierra, sin que nadie las corra. Te herirá Yavé  con las úlceras y plagas de Egipto, con tumores, sarna y tiña, de las que no  podrás sanar.

Te castigará Yavé con la locura, la ceguera y la pérdida de  los sentidos. Andarás a tientas en pleno mediodía, como anda el ciego en la oscuridad, y fracasarás en tus empresas. Siempre serás un hombre oprimido y despojado, sin que nadie salga en tu defensa.

Tendrás una prometida y otro hombre la hará suya.  Edificarás una casa y no la podrás habitar. Plantarás una viña y no comerás sus  uvas. Tu buey será sacrificado delante de ti y no comerás de él. Ante tus ojos  te robarán tu burro y no te lo devolverán, tus ovejas serán entregadas a tus  enemigos y nadie te defenderá.

Tus hijos y tus  hijas serán entregados a pueblos extranjeros y enfermarás con tanto mirar hacia  ellos, pero no podrás hacer nada. El fruto de tus campos, todos tus  esfuerzos, los comerá un pueblo que no conoces y tú no serás más que un  explotado y oprimido toda la vida. Te volverás loco por lo que veas. Yavé te  herirá con úlceras malignísimas en las rodillas y en las piernas, de las que no  podrás sanar, desde la planta de los pies hasta la coronilla de tu cabeza. Yavé  te llevará a ti y al rey que tú hayas elegido a una nación que ni tú ni tus  padres conocían, y allí servirás a otros dioses de piedra y de madera. Andarás  perdido, siendo el juguete y la burla de todos los pueblos donde Yavé te llevará.

Echarás en tus campos mucha semilla y será muy poco lo que coseches, porque la langosta lo devorará. Plantarás una viña y la cultivarás, pero no beberás vino ni comerás uvas, porque los gusanos la roerán. Tendrás olivos por todo tu territorio, pero no te darán ni siquiera aceite con que ungirte, porque se caerán las aceitunas y se pudrirán.

Tendrás hijos e hijas, pero no serán para ti, porque se los  llevarán cautivos. Todos los árboles y frutos de tu tierra serán  atacados por los insectos. El forastero que vive contigo se hará cada día más  rico, y tú cada día serás más pobre. El te prestará y tú tendrás que pedir  prestado; él estará a la cabeza y tú a la cola.

Todas estas maldiciones  caerán sobre ti, te perseguirán y oprimirán hasta que hayas sido eliminado,  porque no escuchaste la voz de Yavé, tu Dios, ni guardaste sus mandamientos ni  las normas que te ordenó. Se apegarán a ti y a tus  descendientes para siempre y serán una señal asombrosa a la vista de  todos.

Por no haber servido con gozo y alegría de corazón a Yavé,  tu Dios, cuando nada te faltaba, servirás con hambre, sed, falta de ropa y toda  clase de miseria a los enemigos que Yavé enviará contra ti. Ellos pondrán sobre  tu cuello un yugo de hierro hasta que te destruyan del todo.

Yavé hará venir contra ti de un país remoto, como un vuelo  de águila, a un pueblo cuya lengua no entenderás. Ese pueblo cruel no tendrá  respeto por el anciano ni compasión del niño."


Tras leer este texto [3] "inspirado" es imposible sostener que Dios es todo "Amor".  Sería una contradicción enorme: se albergarían dos ideas mutuamente excluyentes  en la mente, como en el "doblepensar" orwelliano o en las reglas de "La Compañía  de Jesús" fundada por Ignacio de Loyola4 . Si Dios fuera "Amor", no habría dejado plasmar estas injusticias en su "Santa Palabra".

Se pueden examinar algunas citas particularmente inquietantes en este discurso: 
 
"Maldito el fruto de tus entrañas" 

La maldición cae sobre los hijos de los infractores. Aunque no hayan hecho nada malo, los hijos pagan por los pecados de sus padres. Que un inocente reciba castigo por lo que hacen otros no es moral ni justo. Un dios que castigara así no podría ser base de ningún sistema ético o legal en una  sociedad civilizada. 
 
"El cielo que te cubre se volverá de bronce, y la tierra que pisas, de hierro. En vez de lluvia, Yavé te mandará cenizas y polvo, que caerán del cielo hasta que te hayan barrido." 

Si se cree en el texto, todo ser del territorio ocupado por el pecador, plantas, animales y personas, padecerían la sequía enviada como amonestación. Castigar a un culpable con una medida que afecta incontables inocentes es inmoral. Es una respuesta desproporcionada, similar al bombardeo de una ciudad llena de civiles inocentes como retaliación a la acción puntual de algún morador de la ciudad: simple terrorismo.

"Tu cadáver servirá de comida a todas las aves del cielo y a todas las bestias de la tierra, sin que nadie las corra".
 
Este versículo ahonda en la personalidad de Yahvé. Siendo omnisciente, debería saber que un cadáver no es una persona y no siente nada. Aún así, en su saña decide vengarse hasta del cuerpo inanimado del pecador: ni siquiera le permite una digna sepultura... lo deja como carroña. Sobre un cadáver es imposible hacer justicia; su profanación sólo muestra venganza enfermiza, semejante a la de los paramilitares colombianos que utilizan  motosierras para desmembrar campesinos y luego se ponen a jugar fútbol con las  cabezas. [5] No extraña que un  pueblo que adora mayoritariamente a Yahvé haya generado esta especie de  individuos.
 
"Tendrás una prometida y otro hombre la hará suya". 
 

Aquí se manifiesta el machismo del dios tribal Yahvé.  Para castigar al pecador, Yahvé hace que su prometida inocente sea sometida al  oprobio de ser poseída por otro hombre. Aquí la injusticia de Yahvé es doble: no  sólo oprime a la mujer sino que la utiliza como un objeto, como un medio para  castigar a un tercero: no sólo es venganza sobre el pecador, sino utilización  sexual de una inocente como medio de venganza. 

"Tus hijos y tus hijas serán entregados a pueblos extranjeros y enfermarás con tanto mirar hacia ellos, pero no podrás hacer nada.  (...)Tendrás hijos e hijas, pero no serán para ti, porque se los llevarán cautivos". 

Yahvé insiste en derramar su venganza sobre los hijos  del infractor para hacerlo sufrir. En la nefanda justicia de este dios,  es  lícito ensañarse con los hijos inocentes para castigar al padre culpable. Es la misma "justicia" de "Los Pepes" (perseguidos por Pablo Escobar) antes de convertirse en las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia). Antes de matar a un enemigo, le asesinaban parientes, empleados, e incluso hijos de sus empleados para hacerle experimentar el mayor dolor y pánico posible [6] . Es la versión local del conocido aforismo: "démosle primero donde más le duela". Este tipo de "justicia" es sólo una imitación los métodos de Yahvé para saciar su "santa" sed de sangre. Parece que los Pepes sólo seguían el mandato de Jesús de ser "perfectos como el Padre Celestial es perfecto"... perfectos en la venganza insaciable.
 
"Todas estas maldiciones(...) Se apegarán a ti y a tus  descendientes para siempre y serán una señal asombrosa a la vista de todos". 

Ahora la venganza se extiende de los hijos a todos los descendientes; la expresión "para siempre" da mejor perspectiva de la naturaleza  de Yahvé. Incluso cuando el infractor ya no existe y no puede sufrir por los  males que experimenta su familia, Yahvé se ensaña sobre los descendientes, no  sólo para saciar su "furia santa", sino para dejar un precedente eterno de lo  que le ocurre a los infractores. De nuevo Yahvé usaría incontables inocentes  como valla publicitaria de su ira. Otra vez las personas usadas como medio de  expresión de la "rabieta" divina.
 
"Yavé hará venir contra ti de un país remoto, como un  vuelo de águila, a un pueblo cuya lengua no entenderás. Ese pueblo cruel no tendrá respeto por el anciano ni compasión del niño".

A medida que avanza el texto, se va haciendo más clara  la naturaleza demoníaca del dios que los cristianos proponen como base absoluta  de la ética y la moral humana... Aquí, no basta que a los hijos del infractor se  les haga pagar; tampoco bastan los descendientes, aunque se los castigue "por  siempre"... No: ¡La sed insaciable de sangre de Yahvé exige también los vecinos  inocentes del pecador! Alguien peca y Yahvé manda una invasión extranjera que no  respeta ni a viejos ni a niños del pueblo del infractor. ¡El pueblo entero paga  lo que hace un individuo! Es otro intento infructuoso de ese dios tribal hebreo  para aplacar su sed insaciable de sangre. [7]

Pero el primer puesto en depravación extrema se lo llevan los versos 52 a 59. Es mejor leerlo en las propias palabras inspiradas por Yahvé: 

"Te asediarán en todas tus ciudades, hasta que caigan  en todo tu país las murallas más altas y fortificadas en las que tú ponías tu  confianza. Quedarás sitiado dentro de tus ciudades en todo el país que te da  Yavé, tu Dios. Te comerás el fruto de tus entrañas,  la carne de tus hijas e hijos que te haya dado Yavé, en el asedio y angustia a  que te reducirá tu enemigo.El hombre más refinado de tu pueblo se esconderá de su hermano e incluso de su esposa y de los hijos que le queden, negándose a compartir con ellos la carne de los hijos  que se estará comiendo, porque nada le quedará durante el asedio y la  angustia a que tu enemigo te reducirá en todas tus ciudades. La mujer más tierna  y delicada de tu pueblo, tan delicada y tierna que hacía ademanes para posar en  tierra la planta de su pie, se esconderá del hombre  que se acuesta con ella, e incluso de su hijo o de su hija, mientras come la  placenta salida de su seno y a los hijos que dio a luz, por falta de todo otro  alimento, cuando tu enemigo te sitie en tus ciudades y te reduzca a la  más extrema miseria. Si no guardas ni pones en práctica las palabras de esta Ley  tales como están escritas en este libro, y no temes a ese Nombre glorioso y  terrible, a Yavé, tu Dios, él te castigará, a ti y a  tus descendientes, con plagas asombrosas, plagas grandes y duraderas,  enfermedades malignas e incurables". 

Un lector ético que haya seguido estos pasajes bíblicos debió pasar por el punto de las bascas hace mucho rato: aquí, Yahvé envía un asedio extranjero que causa tal hambruna, que "hombres refinados y mujeres dulces" del pueblo del infractor se ven en la necesidad de comerse a sus  propios hijos. Es de una morbosidad horripilante: no basta que Yahvé derrame su  venganza sobre los hijos del infractor, ni sobre sus descendientes, ni siquiera  sobre los vecinos inocentes del infractor... ¡también es necesario que estos se  coman a sus propios hijos por hambre! [8]

Pocas veces, si alguna, se ha llegado a una forma tan  escalofriante y macabra de ejecutar una venganza. ¡Hacerle comer su placenta y  sus hijos a una mujer inocente, vecina de un infractor, para que pague el  infractor! Esta manera de "hacer pagar" no se le ocurrió ni a Pablo Escobar  durante la época del Cartel de Medellín. Es imposible justificar esta abominación como una "medida justa" de un "dios de amor". Ningún ser real o imaginario que cometiera tales actos de sadismo podría ser considerado "bueno". En palabras sencillas, este dios es un demonio espantable. Si la Biblia es inerrante, el dios que la dictó es un monstruo abominable, inmoral, injusto, homicida, infanticida, y sádico. No se puede tildar de amoroso a semejante monstruo, cuyas atrocidades hacen palidecer los crímenes de Hitler, Stalin, y cualquier terrorista moderno. Al comparar con la primera cita de este artículo, se entiende cuán justificado estaba el "hereje" Marción, al eliminar de su cánon  bíblico la totalidad del Antiguo Testamento del sádico dios Yahvé.
Imagen
Los creyentes fundamentalistas presentan dos justificaciones ante esta situación. En primer lugar, argumentan que Yahvé es "soberano": Él habría creado a la humanidad, y por tanto, podría utilizarla como  le viniera en gana. Para una persona ética, esta justificación es aterrorizante:  cualquier persona que la esgrimiera podría justificar de la misma forma los más  terribles genocidios por la única razón del poder del genocida. Su dios es un  hitler cósmico que, por tener el poder de hacerlo, puede ensañarse y hacer uso  de personas inocentes según le venga en gana. Una deidad tan atroz como esta, si  existiera, sería indigna de ser adorada por cualquier persona buena y justa.  Quien a sabiendas de tales atrocidades, adorara a semejante deidad homicida para  "ganarse la vida eterna obedeciendo al Señor" sería tan inmoral como quien  respaldara a Hitler conociendo sus genocidios, sólo para ganarse los favores del  Führer. Una actitud así alcanzaría las cotas más altas de mezquindad a las que  puede llegar el ser humano.

En segundo lugar, algunos creyentes apuntan a la gran  cantidad de bendiciones que envía Yahvé a quien le obedece; bendiciones que  aparecen justo antes del pasaje citado. Esta defensa sería análoga a mostrar el  gran bienestar que brindó Hitler al pueblo ario alemán, sus avances en obras  públicas, y la gran calidad de vida que brindó a sus conciudadanos, para  justificar el genocidio sistemático que realizó sobre millones de judíos y otras  minorías de "razas inferiores" en sus cámaras de gas y hornos crematorios. Tales  "buenas obras" de ninguna forma eliminarían la actitud sangrienta, sádica y  promotora del canibalismo de padres sobre hijos, de la cual hace gala el "buen  dios Yahvé".

Hay una tercera actitud: si se reconoce que dicho pasaje sólo representa la falsa cosmovisión sádica y genocida de una época primitiva; que dicho pasaje es horripilante, macabro y profundamente inmoral, entonces se debe reconocer que de la misma forma, páginas enteras de la Biblia pueden estar repletas de mandamientos falsos e inherentemente malos. En realidad, gran parte de ella es abominable desde el punto de vista de una ética civilizada, como verificará cualquiera que se tome la molestia de leerla o de consultar fuentes críticas. La Biblia y por ende, el cristianismo que la toma como base, no pueden ser patrón moral en ninguna sociedad civilizada moderna. No deben ser la base ética de las legislaciones.

Es hora de llamar a las cosas por su nombre. La deidad  del judaismo, el cristianismo y el Islam es sólo un bárbaro y sádico dios tribal  sobredimensionado durante milenios por altos jerarcas religiosos que tienen como  negocio el dedicarse a propagar estos engaños. 

Notas 

[1]. Versión revisada  de un artículo publicado originalmente con el título "La Infinita Bondad,  Justicia y Misericordia del Dios "de Amor", o de cómo se autoengañan los  creyentes" en la Página Racionalista en agosto de 1999:
http://www.geocities.com/torosaurio/criticabiblica/at06amordedios.html

[2]. Todas las citas  son tomadas de la Biblia Latinoamericana, excepto esta primera de Mateo, extraída de la Reina Valera de 1909. Aunque la Biblia Latinoamericana es una versión parafraseada, la aceptación de esta lectura es unánime: no hay ambigüedad. Todas las traducciones, tanto protestantes como católicas, tienen la misma interpretación.

[3]. Se pueden  encontrar centenares de pasajes similares en la Biblia, muchos incluso en el  Nuevo Testamento. 

[4]. San Ignacio de Loyola, fundador de los Jesuitas, en su texto autógrafo de "Ejercicios Espirituales", dice en su parágrafo 365: "13ª regla. Debemos siempre tener para  en todo acertar, que lo blanco que yo veo, creer que es negro, si la Iglesia  hierárchica assí lo determina, creyendo que entre Christo nuestro Señor, esposo,  y la Iglesia su esposa, es el mismo spíritu que nos gobierna y rige para la  salud de nuestras ánimas, porque por el mismo Spíritu y Señor nuestro, que dio  los diez Mandamientos, es regida y gobernada nuestra sancta madre  Iglesia".
Disponible en línea en: http://www.jesuitas.es/eeee.htm 

[5]. Testimonio  de exparamilitar extraido del website de la Fuerza Aérea Colombiana el 21 de  septiembre de 2006 en:
http://www.fac.mil.co/index.php?idcategoria=13847&PHPSESSID=c32c75ceddbe6f2a9fd451ac25ab46a7. 
 
[6]. Ver la crónica de Natalia Orozco, "El fin no justifica los 'Pepes'", en la seccion judicial de "El Espectador" de junio 4 de 2006, disponible en línea en: http://www.elespectador.com/historico/2006-06-04/contenido_MI-7792.htm. 
 
[7]. Si se han de  creer los mitos bíblicos, en varias ocasiones Yahvé cumplió su amenaza de  castigar un pueblo entero por los pecados de unos pocos, por ejemplo en Josué 7, 1ss, y en 2 Samuel 24, 10ss.

 [8]. En línea con  la nota [7], Yahvé habría llevado a cabo sus amenazas de castigos caníbales en  varias ocasiones, por ejemplo, Lamentaciones 4, 9-11 y 2 Reyes 6, 28-29
2 Comments
jose luis
11/1/2014 05:22:52 am

Que gran verdad;no solo hay que leer la biblia,para ver el mayor genocida con mas maldad que los mayores tiranos que existieron nunca.
Con solo mirar a nuestro alrrededor,veremos el sufrimiento en estado puro,nadie se escapa a su ira...haberlo lo hay,solo hay que observar la belleza y orden de todo..solo que bueno...como que no lo es...al menos para las personas justas..es un dios de medio pelo,,,un dios que dios sabra quien le dio el poder,,,de odiar tanto.

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Luis
11/12/2015 01:06:45 pm

Muy buena aportación y reflexión del mismo. La mayoría están sujetos a tales enseñanzas. Se ponen nerviosos cuando se habla de algunas barbaridades de la biblia por temor que durante su vida les vaya mal o dejen de tener éxito. Me parece lo mas absurdo.

Señor Hernán Toro, le agradecería si pudiera explicar acerca de las casas embrujadas, espiritus o demonios que muchas personas manifiestan haberlo sentido, hasta llegar al extremo de abandonar el lugar. que hay de cierto en todo esto, es completamente falso? es pura sugestión. agradezco de antemano su respuesta.

Atte. Luis

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