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Blogs del periódico El Tiempo - Febrero 21 de 2008
Advertencia: Los hechos narrados en este relato son producto de la ficción pero están inspirados en sucesos reales que pueden consultarse en los enlaces del final (2).
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La comunidad del país centroamericano de Borregombia estaba impactada. El principal cuerpo élite del Ejército había sido llamado a declaratoria. Los cargos eran terribles. El pelotón completamente armado y listo para combate, mientras estaba en servicio en el caserío del Carmen de las Miserias, observó impávido durante tres días y tres noches, cómo los miembros de un escuadrón paramilitar torturaron, violaron mujeres, cortaron cabezas que luego utilizaron como pelotas para jugar fútbol, apalearon ancianos y ahorcaron a niños, en medio de música tropical a todo volumen. Algunos de los paramilitares más experimentados incluso usaron ancianos y mujeres embarazadas para enseñarle a los novatos el "oficio" de descuartizar vivas a las personas a punta de machete y motosierra. Los miembros del pelotón de élite del Ejército no se mosquearon y conversaban animosamente en la cafetería de la plaza del pueblo mientras jugaban billar y degustaban un tinto, aunque las víctimas les gritaban que los auxiliaran, que no los dejaran descuartizar vivos, o que no dejaran violar repetidamente a sus niñas por parte de esos monstruos sanguinarios.
El Juez interrogó al primer oficial, preguntándole los motivos para su inacción. Él respondió: "Inicialmente pensé en intervenir, pero se me ocurrió que obviamente era mejor que los descuartizadores y violadores paramilitares pudieran ejercer sin restricción su libre albedrío, en vez de restringirlos. Obviamente lamento mucho las decisiones que estos individuos realizaron, pero es el precio de tener un mundo con personas humanas libres. ¡¿Acaso hubiera preferido que todo el mundo fuera un robot?! Como las elecciones de esos paramilitares no estaban bajo mi control, no pueden hacerme responsable por sus acciones".
Al llamar a declarar al segundo efectivo, respondió: "Mi motivación para no hacer nada fue distinta. Yo ya iba a comenzar a darles bala a estos criminales sanguinarios, pero al instante pensé que esos tres días de masacre podrían ser una oportunidad perfecta para que algunos de los campesinos desarmados hicieran un acto de heroísmo altruista y de alguna forma salvaran a los demás. Si yo hubiera intervenido, nadie hubiera tenido la oportunidad de ejercer tal nivel de virtud y seguro que el pueblo se volvería egoísta y descarriado. Así que no hice nada. Es una lástima que no hubiera hecho nada ninguno de los campesinos que estaban siendo descuartizados con motosierra bajo la mirada de otros paramilitares que apuntaban con el fusil a las cabezas de sus esposas e hijos. Pero bueno, es el precio de tener un país donde la gente pueda ejercer la virtud y la madurez. ¡¿Acaso preferiría que el mundo no fuera más que un jardín de amor, paz y rosas?!"
El tercer soldado explicó así su actitud: "Mis razones fueron pedagógicas. Estaba a punto de actuar, pero entonces comprendí que esa masacre continuada de 72 horas era ideal para enseñarle a los pueblerinos que sobrevivieran, y a los de las veredas cercanas, lo malo que es que torturar, violar mujeres, abrir embarazadas a machete, clavarles cuchillos en el cráneo a los fetos, y descuartizar a machete y motosierra a muchas personas. Entonces no hice nada, porque así, los que sobrevivieran podrían enseñarle al resto de los borregombianos que hacer masacres y orgías de sangre no está bien. Creo que mi labor pedagógica ha sido lograda con total satisfación. ¡¿O acaso preferiría un mundo donde la gente no supiera que torturar, violar, y descuartizar está mal?! Afortunadamente los borregombianos tienen oficiales tan buenos como yo, que les enseñamos lo correcto y lo incorrecto".
El cuarto soldado respondió a los cuestionamientos del Juez de la siguiente manera: "¡Es el colmo! La comunidad civil no es más que una sarta de malagradecidos. Acaso no ven que si no fuera por mí, ¿todo hubiera sido peor?... Cuando llegué, los paramilitares tenían tanques repletos de ácido clorhídrico y ácido sulfúrico concentrados con los cuales pretendían disolver vivas a las personas de abajo hacia arriba, para torturarlos más. Entonces, al oír los gritos de terror pidiendo auxilio, me dije: ¡No señor! ¡En mi presencia no permitiré eso! Así que disparé a los tanques, y el ácido se regó, y los fascinerosos no pudieron disolver personas. ¿Se imagina que aparte de los machetes y las motosierras que usaron para eviscerar y descuartizar vivas a las personas, hubieran usado el ácido? Gracias a mí las cosas no fueron mucho peor. Además, justo la semana pasada ayude a construir una escuelita en el pueblo vecino de Torturadó. ¡¿Acaso yo tengo que hacerlo todo?!"
El quinto agente de élite explicó: "No sé cuál es el problema. Esta pequeña masacre de 100 personas pasa desapercibida ante el tanto bien que hace nuestro ejército en el resto del país. Es como bien dice nuestro Gran General Pablo Tarsicio: 'que la bondad y la gracia del Ejército sobreabunde en nuestra patria para que el mal se ahogue y desaparezca ante tanto bien'. Sólo un necio podría culparme, cuando formo parte de una institución que hace tanto por el bienestar del país. Mejor deberían dejarnos trabajar tranquilos, para que sigamos mejorando la seguridad como hemos hecho hasta ahora, a pesar de los pequeños casos donde esto no se logra y que son magnificados tan tontamente por los medios difamadores de los simpatizantes de la guerrilla".
El sexto soldado respondió así: "Yo quería defender a los pobladores masacrados, pero simplemente me resultaba imposible. Verá: yo deseo que todos los ciudadanos decidan creer libremente que somos un escuadrón de élite bueno, protector, y que se preocupa por ellos, pero si cada vez que fuera a ocurrir una masacre, nosotros saltáramos en su defensa, entonces la evidencia de que somos protectores y amorosos sería tan clara, tan irrefutable, que todos estarían forzados a creer en nuestra bondad y eficiencia. ¡¿Acaso puede imaginarse una violación más horrible a su libertad de creencia?! Obviamente, era mejor que los violaran y los descuartizaran. Al revelarnos así, entre sombras y enigmas, todos los moradores de la región pueden tener el claroscuro, la penumbra evidencial suficiente, para que quepa la posibilidad de CREER libremente en la bondad y nobleza de este eficiente grupo de élite que los ama y los protege como si fueran sus propios hijos".
El septimo oficial, un capitán famoso por su extraordinaria inteligencia y conocimiento respondió: "Hay una excelente razón por la cual no hicimos absolutamente nada mientras los pobladores eran torturados, violados y masacrados por los paramilitares. Sólo que Usted, Sr. Juez, al igual que el resto de los borregombianos son demasiado ignorantes y tontos, y jamás serían capaces de entender racionalmente mis motivos. Es que deben reconocer con humildad que ninguna persona del país tiene ni siquiera la centésima parte de mi inteligencia y sabiduría para seguir mis razonamientos, así que... ¿qué derecho tienen para juzgarme o decir que mi inacción fue malvada? Lo único que debo agregar es que yo estuve muy preocupado por el bienestar de las víctimas, que mis decisiones tuvieron una razón perfectamente válida que ustedes no podrían comprender, y que en realidad, soy un oficial excelente, ético, noble, responsable, justo y correcto, y que mi inacción ante los niños descuartizados, las mujeres violadas, y los ancianos decapitados fue lo mejor que se podría haber hecho para beneficiar a las víctimas."
El octavo interrogado, un mayor, sorprendió a todos al desclasificar un secreto de estado: "El caserío de Carmen de las Miserias había sido creado desde cero por el ejército nacional, como un experimento avanzado de colonización. Los primeros pobladores habían sido diseñados genéticamente y clonados para ser resistentes a las condiciones difíciles y a los agentes patógenos y parásitos de la zona, con ayuda de expertos científicos extranjeros. Como los pobladores y el caserío habían sido creación del ejército, tenían derecho a hacer con ellos lo que les viniera en gana, en este caso, dejarlos masacrar por paramilitares. Sus gritos y su sufrimiento eran irrelevantes, pues sólo eran una creación, una posesión de la milicia borregombiana".
El noveno interrogado, un coronel, desclasificó otra parte del secreto de estado: "La segunda fase del proyecto "Carmen de las Miserias" consistió en recuperar los cráneos de las víctimas, meterlos a una cámara criogénica, y congelarlos hasta que la tecnología avance lo suficiente como para clonar un nuevo cuerpo para ellos, reparar y reactivar los cerebros dañados, y volverlos a la vida con ingeniería genética y proteómica de punta. Las víctimas han servido muy bien a la patria y por ello serán resucitados en una época en la cual no habrá muerte, tendrán perfecta justicia social, y podrán vivir indefinidamente con la pensión que la Borregombia de ese entonces les dará para compensar sus excelentes servicios a la Patria. Para ellos, este largo proceso sería instantáneo, como un parpadeo: tras su muerte, su consciencia volverá a un paraíso eterno. Ante esta perspectiva, es obvio que el ser violados, torturados, descuartizados en vida, y el haber visto a cada una de sus hijas e hijos violados por 30 o 40 energúmenos con motosierra, o ver cómo sus esposas embarazadas eran abiertas en canal con machete, y sus fetos descuartizados mientras intentaban respirar con sus cuerpos inacabados, es un precio trivial para todo lo que ganarían. El ejército borregombiano del cual hago parte es una maravillosa institución altruista al permitirle estos beneficios futuros a quienes colaboran con él en el papel de víctimas".
El interrogatorio prosiguió durante todo el día... uno argumentó que dejó masacrar a algunos pobladores para enseñarles una lección de humildad a sus padres; otro dijo que no actuó para enseñar la importancia de la ley y el orden; otro, que los dejó sufrir y morir descuartizados para que participaran un poco del dolor que él mismo había sufrido hacía tiempo cuando fue resucitado por médicos después de sufrir tremendas heridas en un atentado guerrillero; otro dijo que como las víctimas no eran moralmente perfectas, ni siquiera merecían ser rescatadas...
Al fin de la tarde, el Juez se pronunció con un discurso que esperaba con impaciencia e inquietud la sociedad borregombiana:
La Rama Judicial de la República de Borregombia ofrece sentidas disculpas por haber puesto en duda la idoneidad ética y profesional de este excelso batallón de servidores de la Patria. Es obvio para este magistrado, al igual que para todo borregombiano de bien, que la inacción del pelotón en la masacre paramilitar del Carmen de las Miserias estuvo motivada por los más altos ideales éticos y de protección para las víctimas. Es claro que mientras estos oficiales se tomaban sus tintos entre los gritos de angustia y dolor, estaban sufriendo igual, o incluso más que las mismas víctimas, compartiendo altruistamente su pena y su martirio. Me avergüenza, como miembro de la Rama Judicial, el que se haya puesto en duda su honor y bondad, y que se haya cuestionado la preocupación genuinamente amorosa de estos oficiales hacia las personas que infortunadamente murieron en la masacre. La bondad y profesionalismo de estos servidores públicos, después de las explicaciones que han dado, ha quedado perfectamente respaldada; es clara, meridiana, tan diáfana, que sólo un fascineroso simpatizante de la guerrilla podría negarlo. Todas las personas de bien sabemos en nuestro corazón que podemos confiar en estos excelsos protectores de la patria, que como en el caso de la Comunidad de Carmen de las Miserias, tanto se han preocupado y nos han defendido a lo largo de estos años. Por lo tanto, este Magistrado deja en libertad a todos los sindicados, precluye el proceso contra ellos, y los restablece en sus cargos a partir de este momento. |
Notas:
[1] Adaptación tercermundista del texto "La parábola de los doce oficiales", de Mark Vuletic, disponible en español en:
http://www.vuletic.com/hume/at/12e.html
[2] Así, por ejemplo:
Tres casos se aclaran por confesión de ex paramilitares a Justicia y Paz
http://www.fac.mil.co/index.php?idcategoria=13847
Se entrenaban para matar picando campesinos vivos
http://www.partidoliberal.org.co/root/index.php?option=com_content&task=view&id=1053&Itemid=16
Orígenes del paramilitarismo en Colombia
http://www.asambleaporlapaz.com/noticias_new/47.html
http://www.acompaz.org/article.php3?id_article=1660
Paramilitar para paramilitares
http://www.derechos.org/nizkor/colombia/doc/paramilitares.html