Hernán Toro - Escépticos Colombia
Publicado en:
Blogs del periódico El Tiempo - Febrero 22
de 2007
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Los medios masivos de comunicación abundan en propagandas basadas en "testimonios". Prácticas tan inauditas como la urinoterapia, la homeopatía, o el toque terapéutico; mancias como el I-Ching, o las runas; espiritualidad chatarra como el tarot de ángeles, o la astrología; productos adelgazantes o estéticos como la "baba de caracol"... todos ostentan incontables "clientes satisfechos" que respaldan la validez del producto con su "testimonio de vida".
Los proselitistas generan conversiones apelando a una justificación aparentemente científica: si uno no "experimenta" algo, no podría juzgar su falsedad. El futuro prosélito acude desprevenido a cultos carismáticos, o prácticas de meditación, o auditación dianética, y tras "experimentar" fenómenos "inexplicables", se adhiere a la secta de turno.
Una escéptico nota algo irrefutable: cualquier producto, terapia o religión, por absurdos que sean, tienen "testimonios de vida" que los avalan (e.g. urinoterapia). Esto prueba que los "testimonios" no sirven para validar ideas. ¿Por qué los testimonios de vida son irrelevantes para validar un concepto? ¿Acaso la "experimentación" no es la base de la Ciencia? ¿No es científico que un individuo "experimente a Cristo en su corazón" y dé su "testimonio"?
La argumentación por "experiencia de vida" y "testimonio" parte de algunos malentendidos comunes. La experimentación científica es diametralmente opuesta a la "experiencia de vida". Los investigadores científicos conocen el poder de la sugestión en las personas. En medicina, por ejemplo, al administrar cualquier sustancia a un grupo de pacientes, un porcentaje apreciable reporta mejoría, aunque la sustancia sea totalmente inerte. La sugestión de recibir una cura (aunque sea polvo de tiza) genera mejoría. Al compuesto inútil administrado se le llama "placebo" y a la mejoría que causa se le llama "efecto placebo" (1).
Los experimentos clínicos se basan en grupos numerosos de pacientes que se separan en dos. A un grupo, el "de control", se le administra un placebo; al otro grupo, el "de prueba", se le da medicina real. Si el porcentaje de mejoría en el grupo de prueba es mayor que en el de control, entonces la droga es efectiva. Lo asombroso es que siempre ocurren testimonios de mejoría en el grupo de control ; esto se da por sugestión. Sólo la comparación estadística de ambos grupos permite determinar si la droga sirve o si es inútil. Este aspecto es tan delicado, que incluso quienes administran el tratamiento deben ignorar si dan placebos o medicinas. Este tipo de estudios se llaman "Doblemente Ciegos" (2). Este aspecto de sugestión está presente tras muchos testimonios a favor de productos, terapias y religiones.
Otro error lógico tras los "testimonios de vida" es la confusión de correlación con causalidad. Algunos tipos de cánceres tienen cierta tasa de curación espontánea. Suponga por ejemplo, una curación en cada diez. Si diez personas con este cáncer visitan un santuario o un ministerio de sanación, uno vivirá y los otros nueve morirán. Quien sobrevive queda tan convencido de que ocurrió un milagro que dará testimonio incansable de ello. Los otros nueve no dirán nada porque... están muertos. El santuario o el pastor de turno exhibirán el testimonio en su programa televisivo sin mostrar el lado oscuro: las otras nueve personas fallecidas (3).
La estadística se cumple inexorablemente pero el testimonio falaz del creyente queda en el imaginario colectivo. Esta falacia argumentativa se llama "post hoc ergo propter hoc" (después de, luego, a causa de). Los creyentes no entienden que si una curación sucede tras una oración, no implica que la curación se deba a la oración (4) . Los muertos demuestran que la regla estadística no cambia: nueve mueren y uno se salva.
Las religiones apelan a la sugestión al fomentar el culto en comunidad. Saben que el refuerzo de la sugestión por multitud de fieles hace que las defensas racionales del individuo flaqueen. La sugestión se potencia cuando el individuo se disuelve en la masa. Es la razón por la cual "Cristo se encuentra en la congregación". Es la razón por la cual todos los musulmanes oran a las mismas horas. Es manipulación psicológica.
Hay un último aspecto particularmente peligroso. Muchas veces, los curiosos que "experimentan" las prácticas de una secta sin conocer las dinámicas psicológicas grupales e incluso las que ocurren en su propio cerebro, terminan embarcados en grupos de alto control. Sectas que destruyen a sus familias, los alejan de sus amigos, e incluso, los pueden llevar al suicidio, como ocurrió con la secta del reverendo Jones, la secta La Puerta del Cielo, o la de David Koresh. Todos ellos "experimentaron su fe en su corazón". Todos ellos trataban de convencer con su "testimonio de vida". Todos ellos dieron el testimonio máximo: dieron sus vidas por sus creencias... y todas ellas eran farsas, engaños mortíferos (5) . Las razones del corazón pueden ser letales.
El nivel de convencimiento de un creyente, las "bendiciones" recibidas tras convertirse a su nueva fe, las "curaciones milagrosas" tras un ministerio de sanación, su cambio de vida y descubrimiento de un nuevo sentido espiritual... nada, absolutamente nada de ello aporta un ápice a la veracidad o falsedad de un sistema de creencias. El testimonio de vida no sirve para demostrar nada. Sólo el examen imparcial, controlado, estadístico, diseñado con rigor científico, puede determinar si una experiencia es verdadera o falsa.
Y un addendum para el pastor Guerrero:
Aunque parte de este escrito responde algunas de sus últimas apreciaciones, en una próxima columna le daré mi opinión sobre la ética secular y su propuesta de diálogo.
Notas:
[1] Para saber más sobre el efecto placebo, se recomienda leer el enlace siguiente:
http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_placebo
[2] Para entender más a fondo el efecto placebo y la sugestión en las pruebas clínicas, se recomienda cliquear en el enlace siguiente:
http://es.wikipedia.org/wiki/Doble_ciego
[3] Este ejemplo fue extraído del formidable sitio en inglés "Why Won't God Heal Amputees":
http://www.whywontgodhealamputees.com
[4] Un chiste conocido explica esta falacia:
-Esta herradura ahuyenta dinosaurios.
-¡En serio! ¿Y es efectiva?
-¡Claro! ¿Acaso ha visto algún
dinosaurio a nuestro alrededor?
En esta línea, Carl Sagan, en "El Mundo y sus Demonios" analiza las curaciones milagrosas certificadas en Lourdes, y encuentra que la tasa de curación es mucho menor que la espontánea en los hospitales. Concluye que hay más posibilidad de curarse si el enfermo se queda en casa que si visita Lourdes.
[5] Para conocer sobre las aterradoras tragedias religiosas mencionadas, resultantes de "experimentar" por los "testimonios de vida", puede visitar cada uno de los enlaces siguientes:
Tragedia de Jonestown:
http://es.wikipedia.org/wiki/Jonestown
Suicidio de la secta "La Puerta del Cielo":
http://www.elmundo.es/1997/03/28/sociedad/28N0000.html
Masacre de los Davidianos:
http://es.wikipedia.org/wiki/Davidianos