
“..Pero siempre es preciso que sea un fanático ignorante y crédulo en el que prevalezca el miedo, el odio, la adulación y una continua sensación orgiástica de triunfo. En otras palabras, es necesario que ese hombre posea la mentalidad típica de la guerra.” (1)
George Orwell – 1984
Desde que Colombia asumió la democracia como forma de gobierno, es decir, desde los inicios mismos de nuestro estado, la religión católica ha estado presente en la aprobación de leyes, normas y decretos. Para muchos creyentes esto no es un problema, pues su visión del mundo, de lo correcto y lo incorrecto, lo justo y lo injusto, está determinada por sus dogmas religiosos. Pero cualquier religión y el estado democrático, no solo son incompatibles, sino que son opuestos en sus postulados, sus preceptos y sus ideales.
Es necesario aclarar que la democracia no es el gobierno de las mayorías, es el gobierno del pueblo, que acepta la diversidad en cuanto a género, raza, condición social, preferencias sexuales y demás, pues en la diversidad se confrontan y fortalecen las ideas, y de esta manera se llega a un consenso para acatar la voluntad del pueblo, respetando y protegiendo a las minorías.
Los antiguos griegos, artífices de la democracia, se reunían en el ágora para discutir las decisiones que afectarían a la comunidad. Las ideas distintas enriquecían el debate. Igual debería suceder en las democracias actuales. Al reconocer la diversidad, la democracia exalta la complejidad y multiplicidad de los seres humanos, al tiempo que acepta las ventajas de la diferencia, pone la pluralidad por encima de la homogeneidad, pone a los hombres por encima de Dios.
Por medio de su sistema de valores, los monoteísmos buscan que los individuos sean puros, perfectos, como Dios (Yahvé o Alá) ”Lo puro designa lo que carece de mezcla. Lo contrario de la aleación. En el lado de lo puro: el Uno, Dios, el Paraíso, la Idea , el Espíritu; en el lado opuesto, lo impuro: lo Diverso, lo Múltiple, el Mundo, lo Real, la Materia , el Cuerpo, la Carne.” (2) con esto no solo desacreditan la materialidad del mundo sino que desconocen la diversidad propia de los seres humanos. Incluso hoy, las mujeres, los homosexuales, las minorías raciales o religiosas, los niños, y muchos otros, son víctimas de discriminación y atropello en nombre de la religión.
A miles de mujeres en África se les practica la ablación del clítoris y de los labios menores, por motivos culturales religiosos, con el fin de evitar que sientan placer sexual. Muchas mujeres musulmanas son víctimas de violencia intrafamiliar por parte de sus esposos y familiares. En la religión católica las mujeres no pueden ser sacerdotisas y menos aún Papisas, de la misma manera que las mujeres no pueden aspirar al puesto de un Rabino o un Mulá. Los hinduistas clasifican a los ciudadanos por castas y éstas definen tanto su estatus social como el tipo de trabajo que pueden realizar y con quién se pueden casar. En Colombia, los obispos y sacerdotes católicos son los primeros en criticar a los congresistas o magistrados, cuando estos aprueban leyes que buscan proteger los derechos fundamentales de las parejas homosexuales.(3)
La democracia se rige por varios preceptos: la igualdad, la libertad, la justicia, el respeto y la dignidad de las personas, entre otros. Los estados y sus instituciones deben velar para que estos principios siempre les sean respetados a todas las personas, sin importar su sexo, raza, condición social, edad, religión, nacionalidad, orientación sexual, etc. Esta diversidad debe ser promovida por los gobiernos democráticos, porque es el reconocimiento de la libertad de los individuos como base para una sociedad justa. Con las ideas diferentes se fomenta el debate y por medio de la razón se logran acuerdos que beneficien a las grandes mayorías y protejan a las minorías.
El libre desarrollo de la personalidad debe ser garantizado mientras no atente contra los derechos fundamentales de otras personas. Teniendo en cuenta este parámetro se debe entender que el respeto es necesario para convivir entre la diferencia haciéndose indispensable no juzgar, no calificar bueno o malo, bello o feo, correcto o incorrecto, y aceptar que cualquier punto de vista es válido si presenta argumentos lógicos, coherentes y racionales para su defensa.
Las religiones rechazan y castigan automáticamente todo lo diferente al proclamarse poseedoras de la verdad absoluta. El tribunal de la Inquisición instaurado en el siglo XII en Europa y que más tarde fue traído a América por los españoles, torturó, desterró y condenó a la hoguera a miles de judíos, cátaros, enfermos mentales, epilépticos, homosexuales, mujeres, indios y negros, acusados de brujería. Cualquiera que representara una amenaza para la iglesia católica era calificado como hereje. Hasta Galileo Galilei cayó víctima del Santo Oficio y tuvo que admitir que se había “equivocado” al apoyar la teoría heliocéntrica de Copérnico.
Los conquistadores españoles, al llegar a América, se dieron a la tarea de evangelizar a los indígenas a quienes consideraban impíos, exterminando su cultura, haciéndolos cambiar de manera sangrienta e inhumana, su religión y su forma de vida. De la misma manera, condenaron los ritos y las costumbres de los esclavos traídos desde África y muchos de ellos fueron torturados y asesinados.
Fe vs. razón
El común denominador de todas las religiones es la fe. La premisa en el caso de los tres monoteísmos es creer ciegamente que hay un dios y que este dios eligió a unos pocos hombres para gobernar al resto de sus seguidores. Estos “elegidos” interpretan libros sagrados inspirados por la divinidad y quien no esté convencido de lo que dicen, es considerado impío.
Por ejemplo, un católico debe estar convencido de que en la eucaristía la hostia se convierte en la carne y el vino se convierte en la sangre de Jesús, no de manera simbólica sino real y sustancialmente. Por absurdo y desagradable que pueda parecer la transubstanciación (4) es uno de los dogmas de fe de la religión católica y su aceptación es obligatoria a pesar de toda la evidencia en contra (5)
Los Testigos de Jehová son instados a rechazar las transfusiones de sangre por motivos religiosos.(6) Muchas sectas cristianas niegan la abrumadora evidencia de la evolución, a pesar de ser considerada como un hecho por la comunidad científica; en su lugar insisten en creer ciegamente que el mundo tiene seis mil años de antigüedad, que la tierra fue inundada por un gran diluvio y que el hombre fue creado por dios o por un “diseñador inteligente”.
La fe es enemiga de la democracia; para que ésta funcione es imperativo que el pueblo dude, confronte, proponga y discuta con argumentos sólidos, coherentes y lógicos, las propuestas, los resultados y las ideas de sus gobernantes. Cuando un pueblo cree ciegamente en sus dirigentes, los idealiza y olvida que pueden cometer errores y que su obligación es servir de veedor sus actuaciones.
Las herramientas de la fe y de la razón
Como si fuera poco el hecho de creer a pesar de la evidencia, los fieles no tienen la posibilidad de cambiar los designios impuestos por su dios, a cuya voluntad están sometidos siempre. La única herramienta que tienen a su disposición es la oración. De esta manera, los fieles tratan de cambiar su destino. Sin embargo, la efectividad de la oración no ha sido demostrada por estudios serios; por el contrario, se ha encontrado que incluso puede ser contraproducente para la curación de enfermos.
La universidad de Harvard realizó el estudio más grande y riguroso sobre los poderes de la oración en pacientes sometidos a bypass coronario. Entre los resultados que arrojó esta investigación se concluyó que la oración no fue efectiva y que en los pacientes que sabían que estaban orando por ellos, tuvieron más dificultades en su recuperación. (7) Y hasta ahora ningún dios ha hecho crecer un miembro amputado… la oración no tiene pruebas que certifiquen sus resultados y sin embargo, es la herramienta más “poderosa” que tienen los fieles para modificar su destino.
Para cambiar las decisiones tomadas por los dirigentes, los ciudadanos tienen la posibilidad de debatir y es con la inteligencia y a través de la palabra como pueden hacerlo. De esta manera, desarrollar al máximo las capacidades intelectuales de los individuos por medio de la educación, se convierte en un elemento fundamental de la democracia.
Un ciudadano educado es el único preparado para votar de manera responsable, debatir con argumentos, tener criterios válidos para elegir correctamente y capacidad de análisis para comprender las ideas de los políticos, opositores y copartidarios. Igualmente, un ciudadano con formación adecuada, conoce las herramientas que le brinda la democracia para protegerse de sus gobernantes y hacer respetar sus derechos, al mismo tiempo que ejerce sus deberes.
La ignorancia es un instrumento de manipulación en la religión, pues las personas menos educadas tienden a no cuestionar lo que se les dice; simplemente confían en que su líder está diciendo lo que dios le ordena. La religión manipula de diversas maneras a sus seguidores; por ejemplo, un musulmán que muera en la guerra santa es bendecido por Alá con un paraíso y 72 vírgenes exclusivas. Muchos terroristas mueren convencidos de su resurrección en este jardín.
La iglesia católica gobernó a Europa durante la Edad Media. Los monjes y nobles eran casi los únicos que sabían leer y escribir. Los libros eran traducidos y copiados en las abadías. Muchos eran censurados y quemados. El papa Pablo IV incluso publicó una lista de Libros prohibidos: el Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum. Esta época significó un gran estancamiento en el desarrollo técnico y científico de la humanidad. Muchos de los adelantos hechos en ese momento fueron rechazados, condenados y sus autores perseguidos por el tribunal de la Inquisición.
La quema de libros no ha sido exclusiva de la Iglesia católica sino que ha sido una gran herramienta usada por tiranos, dictadores y líderes religiosos para acabar con las ideas contrarias a su doctrina religiosa o política porque los libros guardan la memoria, las ideas y podrían eventualmente alentar a los pueblos o a los creyentes a revelarse contra sus dirigentes.
Se podrían llenar muchas páginas con ejemplos de manipulación religiosa a partir de la ignorancia porque las religiones se valen de ella para hacer que sus seguidores actúen de la forma que necesitan para seguir operando.
Conclusiones
Cuando un país elige una religión estatal o se encomienda en su constitución a Dios, les está negando a sus ciudadanos el derecho a creer en otro dios, pero principalmente, les está negando el derecho a no creer. También se opone a la democracia pues ésta es un sistema de gobierno del hombre, no de dios.
Cuando una religión promueve entre sus adeptos buenos comportamientos, no lo hace porque esto sea lo correcto, sino que lo hace prometiéndoles un premio al final de la vida o un castigo en caso de obrar de manera incorrecta. Para la democracia, el premio está en vida, un ciudadano debe obrar bien y hacer lo correcto porque es lo mejor para sí mismo y para sus conciudadanos, independientemente de sus circunstancias personales.
La democracia y la religión son opuestas en sus prácticas y en sus principios. Es claro que las religiones no son democráticas y que un estado democrático no puede ser gobernado con base en las ideas religiosas de sus dirigentes. La democracia permite la diversidad religiosa, los dirigentes de un país pueden pertenecer a cualquier religión, sin embargo, es imperativo que a la hora de hacer las leyes se desvinculen de los prejuicios impuestos por ésta y gobiernen bajo los preceptos democráticos de igualdad, equidad y libertad, buscando siempre el fin de todo gobierno del pueblo que es el bien común, es decir, el bienestar para todos sus habitantes.
Notas:
1. ORWELL, George. 1984. Ed. Destino. Barcelona. Pág. 209.
2. ONFRAY, Michel. Tratado de Ateología. Anagrama, 2006 Barcelona. P. 88.
3. Ver por ejemplo la alocución del presidente de la Conferencia episcopal, en la LXXXI Asamblea plenaria de Colombia.
Consultado feb. 12 2007
4.Enciclopedia Católica. Dogma.
http://www.enciclopediacatolica.com/d/dogma.htm
Consultado febrero 12 de 2007
5. Catecismo de la Iglesia Católica , Capítulo segundo, numeral 88.
Consultado en http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s1c2a2_sp.html
febrero 12 de 2007
6. Para ampliar este tema puede consultar el artículo Los testigos de Jehová y las transfusiones de sangre de Ferney Yesid Rodríguez, publicado en Sin Dioses
http://www.sindioses.org/examenreligiones/transfusiones.html
7.Resultados publicados en Harvard Gazette.
Consultada en Internet Febrero 12 de 2007,
http://www.hno.harvard.edu/gazette/2006/04.06/05-prayer.html